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Verdugo por pura excitación, amante confesa de mi oscuridad. Desintegración y síntesis.
Superviviente de la desolación del ser, desertora del imaginado y condicionado soy.
Emergente con la soledad abrazada, danzando sobre el vértigo del pentagrama en llamas de un músico ebrio de libertad que aceptó su confusión destilándose sobre el papel. Read more about me »

Lack of Innocence

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Ayer, 4 de Mayo del 2012

sábado, 5 de mayo de 2012

Todavía no me he atrevido a encender el móvil, y mucho menos a iniciar sesión en cualquier web.

Recuerdo la noche de ayer demasiado borrosa, como si me hubieran implantado unas imágenes que no he vivido yo, con intención de atormentarme todavía más. Recuerdo que dejé de ser consciente de otra cosa que no fueras tú cuando escuché tu voz, y que el corazón estuvo a punto de salírseme por la boca cuando me giré y estabas ahí detrás. Recuerdo las risas del resto, el penoso intento de la mía, las superfluas conversaciones sobre banalidades absurdas. Recuerdo el ''no te vayas'' que se escapó de mi boca varias veces. El metro, y los sollozos en él. Después el tren. Oh, el tren y el mensaje de texto que te envié. Sé que te envié algo, no sé el qué, y tampoco qué me contestaste… Entiendo, de ahí el miedo irracional a encender el teléfono móvil.

¿Qué cojones hice ayer? La entrada anterior del blog dice más de lo que recuerdo, mucho más.

¿Me preguntaste a ver si iba a mirarte? Me pregunto si dejé de hacerlo en algún momento, aunque fuese por el rabillo del ojo.

¿Te agarré de la cintura? No puedo evitar esbozar una media sonrisa ante ese intento de valentía.

¿Estuve a punto de robarte un beso? No sé ni cómo reaccionar ante ese impulso que se quedó en nada.

¿Y después?

Mientras escribo esto y me esfuerzo por recordar me vienen a la cabeza distintos momentos de la tarde, como cuando Á te estaba dando besos en la mejilla y yo dije ''deja de darme envidia''. Otra media sonrisa, qué imbécil soy. O como cuando le prometí a T eso de “si tú le das un beso a él, yo se lo doy a ella”, obviamente no terminé haciéndolo, y no sé porque. Calma. Todo llega.

Ya está. A partir de ahí todo se vuelve negro. Casi tan negro como mi estado de ánimo.

Ahora en serio; en realidad no busco acordarme de lo que pasó ayer, sino de lo que analicé ayer. Sé que vi cosas, cosas que me gustaron mucho, pero no sé si eran fruto del alcohol, si eran una proyección de lo que yo quería ver, o si en realidad todo eso estaba ahí.

Ah, otro recuerdo: todos los que opinan tienen dudas de lo que se te pasa por la cabeza, y los que no opinan por miedo a equivocarse me llevan a la misma reacción que los que sí lo hacen. Vale, tal vez sí que es real parte de lo que creo haber visto ayer.

De cualquier forma, no te entiendo. Es un constante ir y venir, de volverme loca porque un momento me haces pensar algo, y al siguiente me obligas a cerrar los ojos ante lo inevitable del imposible.

Me da por pensar que si yo me siento así, puede ser que tú te sientas igual. Quiero decir, si tus reacciones cambian de un momento a otro, será porque tu cerebro, y por qué no también tus sentimientos, sean inestables.

Veo fantasmas, lo sé. Déjame verlos, y déjame que siga viéndolos. Ahora mismo lo poco que me ata a la cordura y a seguir aquí son esos fantasmas que traen algo de ilusión.

Espera, otro más: “Me parece bien que sigas luchando, yo creo que puedes”.

No quiero seguir escribiendo más, ni recordando más en un buen rato. Sólo quiero meterme a la ducha y dejar que el agua inunde mi cerebro, se deslice hasta mi barbilla y caiga en mi pecho, que se convulsiona débilmente al ritmo de la última sinfonía que dicta mi cuerpo ante la pregunta de ¿y ahora qué?

¿Y ahora qué?

2 intereses:

  1. Anónimo dijo...

    La respuesta es fácil: lucha como si la vida se te fuera en ello.
    Mucha suerte, bloggera!

    -SA

  2. Eduardo dijo...

    Vaya, ha sido entrar al blog y encontrarme muchas entradas nuevas, todas ellas cargadas de angustia, descontrol de sentimientos, tristeza y dolor... mucho dolor. Transmites muy bien, no me cansaré de decírtelo comentario tras comentario, y ahora has conseguido que me sienta cayendo al pozo y que me entren unas ganas terribles de ahogar mis penas en alcohol...
    No sé si ya sabes quién se esconde detrás de mi nombre, pero en cualquier caso te diré que ese estado de destrucción masiva en el que estás sumergida no es bueno... Así que yo opino lo mismo que #SA, lucha, ve a por ella, no dejes que se te escape ni dejes que ella se pierda todo lo que eres. Pero levanta la cabeza.
    Excelente, como siempre, aunque demasiado triste todo.
    Ánimo.

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