About

Verdugo por pura excitación, amante confesa de mi oscuridad. Desintegración y síntesis.
Superviviente de la desolación del ser, desertora del imaginado y condicionado soy.
Emergente con la soledad abrazada, danzando sobre el vértigo del pentagrama en llamas de un músico ebrio de libertad que aceptó su confusión destilándose sobre el papel. Read more about me »

Lack of Innocence

Home

Keep in touch




RSS Feed Twitter Facebook

Shady

martes, 2 de abril de 2013 0 intereses

Caminaba en silencio, cabizbajo, con todos los pensamientos agrupados en una sola dirección. La lluvia le arrancaba las lágrimas y, al tiempo que cerraba los ojos, pude leer todas las facciones de su cara: esa sonrisa triste que se esforzaba por mantenerse arriba, esos labios que temblaban con cada palabra que le susurraba el silencio, y esos ojos que mostraban todas sus ganas de desaparecer, de ser anónimo, de no existir. La nostalgia lo invadía, pero era irreversible, las cartas estaban echadas.

Me enamoré de sus manos, esas que habían escrito tantas letras que me desnudaban interiormente. Aunque él no lo sabia, le espiaba en cada verso, palabra a palabra iba desvaneciendo aquella muralla que había creado a mi alrededor, y cada mirada que cruzábamos las resquebrajaba más.

Se percató de mi presencia, me miró, tenía los ojos rojos y la cara mojada, intentó esbozar una pequeña sonrisa que no quedo nada más que en una triste mueca, no respondí, no hice el menor gesto, me quede mirándolo, viendo cómo desaparecía entre la multitud de la gente, aun así pude distinguir su silueta.

Murió el día que dejó de aparecer, y yo con él.
Desde entonces mis palabras no son sinceras.

Te amo

lunes, 1 de abril de 2013 0 intereses

Te amo cuando llueve el invierno que por fin llegó. Te amo en los árboles muertos poblados por pájaros sin corazón. Te amo desde que comenzó el fin de nuestras vidas, ese funesto nacimiento que nos llevó hasta hoy. Te amo cuando lloras y bebo tus lágrimas. Te amo cuando tienes miedo y sólo eres capaz de balbucear tus iniciales o, peor aún, las mías. Me odio por amarte tanto, pero soy débil. Solo soy una mierda de persona que jamás moverá un dedo por nadie que no seas tú.

Te amo aunque tú no quieras, aunque no hayas aprendido a disfrutar la apertura del chakra más misterioso, aunque tu amor no se atreva a asomarse al precipicio por si acaso caes al vacío en una espiral de colores que termine conduciéndote al éxtasis, aunque no quieras quererme, o no quererme. Te amo mientras repito 114.141 veces tu nombre de mil formas diferentes. Te amo en toda tu perfección metafísica.

Te amo y suenan las trompetas del apocalipsis, y la hierba del parque pasa del pardo al verde, del verde al hielo de corazón y después al escarlata. Te amo cuando sangro por alguna de mis extremidades. Cuando me reviento la cabeza contra el cristal de la jaula. Cuando mutilo lo que me dio placer para ofrecerte lo único que vale la pena. Te amo en la noche eterna, en la sucesión de eras que acumulamos los escépticos. Te amo tanto como odio a mis contemporáneos berreando con jactancia que sus zapatos son más caros que los de su vecino.

Te amo cuando me miras con esa cara de loca. Te amo cuando me sonríes. Te amo cuando juegas a comportarte como una niña y de repente creces 60 años. Te amo cuando gimes el placer de los gatos. Te amo cuando me recuerdas todo aquello que no amo. Te amo mientras la cuchilla secciona la arteria que todavía me permite escribir en rojo. Te amo mientras mi pulso se diluye en tus latidos. Mientras el mundo se acaba porque yo me extingo. Te amo porque amarte es la mayor aberración de la que soy capaz.

Te amo porque no amarte sería imposible.