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Verdugo por pura excitación, amante confesa de mi oscuridad. Desintegración y síntesis.
Superviviente de la desolación del ser, desertora del imaginado y condicionado soy.
Emergente con la soledad abrazada, danzando sobre el vértigo del pentagrama en llamas de un músico ebrio de libertad que aceptó su confusión destilándose sobre el papel. Read more about me »

Lack of Innocence

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Black Heart

lunes, 2 de abril de 2012

Hacía mucho que no bajaba al Black Heart, un pub instalado en la esquina izquierda de la calle Humanidad, entre los portales 3 y 5. Hubo un tiempo en el que me fue costumbre visitarlo. Descendía los cuatro escalones y entraba en el local cada noche, sin más intención que disfrutar un rato de las bailarinas que se contorneaban al ritmo de una melodía que ponía los pelos de punta, y no sólo los pelos, a cualquiera. Atravesaba el local dejándome invadir por el ambiente lúgubre iluminado por unas luces rojas de baja intensidad y me sentaba en la misma mesa de siempre. Pedía un Vodka con limón y me quedaba ensimismada mirando cada detalle del semisótano: las lámparas rojas que bajaban desde el techo como si fueran colas de diablos, paredes forradas de roca, el bar negro con las botellas brillando de fondo, la misma banda de siempre con una cantante que tiene una voz desgarradora y, en el centro del pub, la tarima negra con forma de corazón en cuyo centro hay una barra de stripper, metálica, fría, deslumbrante.

Ayer, entre nostalgias y angustias decidí que hoy sería el mejor sitio para pasar tranquila un rato recreándome. Entro en el pub y Philip, el dueño, me saluda.

- Mucho tiempo sin verte, querida.

- Mucho.

- ¿Lo de siempre? -discreto, nunca pregunta más allá de lo que tiene que servir y sin embargo conoce más de mil historias; dramas contados entre humo y alcohol en esa barra a modo de confesionario.

- Sí, me sentaré al fondo, sabes que tengo derechos adquiridos sobre aquella mesa.

Asiente y me trae el Vodka con hielo y limón en unos minutos, dejándome de nuevo sola.

Yo tengo la costumbre de tomar posiciones de cara a la tarima, en primera fila. Me gusta ver qué bailarina sale del camerino y avanza hacia los ocho escaloncitos que hay que subir para quedar a la vista de todos. Dicen que los prejuicios no son buenos, pero yo tengo práctica en saber si me van a dar un espectáculo sólo con ver cómo se dirigen a las escaleras y cómo las van subiendo una a una. Roma, la cantante, me saca de mi ensoñación anunciando que Blanca va a salir a bailar en unos minutos. Bien, empieza el espectáculo.

Al poco sale una mujer. Tan solo con una ropa interior que enseña más de lo que esconde, negra, a juego de la tarima con forma de corazón. Su piel es blanca, casi traslúcida, y el color negro carbón de su pelo hace que la palidez de su tez aún resalte más. Sube las escaleras, poco a poco, contoneándose, haciendo que la ascensión resulte una agonía para aquellos que queremos admirarla en todo su esplendor. Al fin llega a la cima y, guiñándole un ojo a Roma para que empiece a cantar, se acerca a la barra y comienza a bailar.

Me quedo absorta en sus movimientos, me fijo en cada músculo que se tensa y se destensa en su cuerpo, me deleito con la caída de su pelo sobre su rostro perfecto. Blanca se da cuenta de mi atención y me sonríe, me da la espalda y veo cómo baja las escaleras y se acerca hacia mí. Vuelve a empezar ese baile hipnótico y me deja embelesada, cuando de repente,

- ¿Vienes?

Dispara la pregunta sin dejar de mirarme a los ojos, sabiendo que mi respuesta sería un sí rotundo y me tiende una mano que tomo al momento, sintiendo cómo mi corazón está a punto de ponerse del revés. La sigo hasta su camerino y una vez allí continúa con su espectáculo, pero esta vez es sólo para mí. Acerca su cara a la mía, caigo por primera vez en sus ojos azul eléctrico frente a los míos y mis manos toman vida propia rodeando su cintura para acercarla más a mi cuerpo, me quemo. Dejo una mano presionando su cuerpo contra el mío y la otra la subo lentamente por su espalda hasta llegar a su cuello, en ese lugar exacto donde tengo acceso a su pelo con las puntas de mis dedos. La sonrío y ella lleva una mano a mi boca e introduce en ella el dedo índice, lo deja resbalar por la barbilla y traza un camino lentamente, bajando por el cuello, el canalillo, el estómago, el ombligo… y me suelta el pantalón mientras me obliga a tumbarme en el sofá de terciopelo rojo. Me acaricia despacio y abro los labios dejando escapar un suspiro. La miro a los ojos y me electrifico con su mirada. Me da un beso y me invita a que mis manos y mi boca la recorran resbalando por todo su cuerpo y ambas nos miramos, desde distintos ángulos, en el silencio del placer.

El derrame de nuestras almas me muestra que esta noche no hay más aire que el de una burbuja a nuestro alrededor. Nos aislamos del tiempo y el mundo gira fuera de ritmo para adaptarse al nuestro. Así, sin darme cuenta, el negro se convierte en rojo y el hielo se derrite. Después de tanto tiempo mi vida va dejando de ser la coreografía de los sin-sentimiento.

4 intereses:

  1. Anónimo dijo...

    Cambiaría el vodka con limón por un vaso ancho de whisky con dos hielos.
    Y también habría cambiado un poco el final, pero no la frase lapidaria que consuma este relato (?)
    Brutalérrimo!

    P.D: ¿y quién soy yo para decir esto, así sin vaselina y saltándome el protocolo de no llenar de mierda las casa ajenas? un anónimo^^

    #21

  2. Eduardo dijo...

    Coincido con el anónimo anterior: brutalérrimo.
    Al darme cuenta de que Roma es Amor al revés empecé a fijarme algo más en los detalles, y he sacado algunas cosillas interesantes:
    1. Como acabo de decir el juego Roma-Amor
    2. El bar, situado en la esquina izquierda entre los portales 3 y 5, es posible que sea el corazón? El corazón está a la altura de las costillas 3 y 5, en el lado izquierdo del pecho.
    3. La tarima, otra vez el corazón? Siguiendo la teoría de las costillas habría que subir 8 desde abajo para llegar al corazón/tarima.
    4. El interior del bar se asemeja al infierno. Lúgubre, el juego de colores negro-rojo, colas de diablo. O a lo mejor al interior del cuerpo humano? Ahí me he perdido un poco.
    5. Blanca. Imagino que será un pseudónimo que esconde a alguien real. Alguien que ha derretido el hielo y que ha devuelto la sangre a tu corazón. Vuelta a los sentimientos, como dice el final del relato.
    6. Vuelvo con Roma-Amor, que ese toque me ha encantado. Buen comentario el de la cantante con voz desgarradora. Tal cual, el amor es igual, desgarrador.
    7. El juego entre Blanca y Roma. Enfocandolo bien se ve que Blanca hace cantar a roma, vamos, que el amor empieza a surgir con el baile de Blanca.
    8. Philip. No he conseguido saber por qué le has puesto ese nombre al camarero... Le he dado muchas vueltas, pero no lo he sacado.
    9. El que digas al principio que hacía mucho que no ibas al Black Heart (siempre teniendo en cuenta la referencia del corazón) quiere decir que hacía mucho que no te enamorabas y que ahora lo estás haciendo?
    No me cansaré de decirtelo, me encanta tu blog.

  3. sinstoconfess dijo...

    Anónimo: el alcohol, como todo, es cuestión de gustos. Y supongo que si hubiera acabado el relato como tú, habría dejado de ser yo. ;)

    Eduardo; así, sin preámbulo alguno: me das miedo. El hecho de que alguien se ponga a analizar un texto de nadie importante como yo es... al menos, raro. Por otro lado, el que te haya gustado hasta el punto de sacar casi todo lo que había tras las letras ha sido un subidón de autoestima. Imagino que eres alguien que conozco, porque no creo que seas capaz de hacer lo que has hecho sin conocerme y tener alguna idea sobre quién soy y cómo soy.
    Ya que estamos, te cuento lo que te has dejado:
    8. Philip, si lo pronuncias en voz alta y lo comparas con la pronunciación de la palabra feeling se asemejan bastante... Así que Philip sería la personificación de los sentimientos. Nunca preguntan a la hora de aparecer, se limitan a hacer su trabajo y llevarnos a todos por el camino de las irracionalidades. Y luego, se van, dejándonos de nuevo solos.
    10. Lo que nos lleva al comentario de Philip "mucho tiempo sin verte, querida". Sí, mucho tiempo sin sentir nada.
    11. No creo que haga falta decirlo, pero la parte semi-erótica entre Blanca y yo como fantasía frustrada.
    En cuanto al resto, nada más que decir... Bien hecho, Black Heart pretendía que fuese un reflejo de mi corazón. La ascensión de Blanca hacia la tarima sería algo como el equivalente al proceso de enamorarme, el camino agónico hacia mi corazón.
    Roma con su voz desgarradora al igual que el amor desgarrador en sí mismo.
    Con el interior del bar sí que quería dar una imagen similar al infierno; las colas de diablo, las paredes forradas de roca, las botellas brillando de fondo como almas perdidas, la tarima con forma de corazón en el centro como especie de altar de sufrimiento.
    Y sí, Blanca existe... desgraciadamente.

    Gacias por los halagos, de verdad. =)

  4. Anónimo dijo...

    Of course, es tu blog y por lo que veo (según el brutal análisis), un entramado de "implicitudes" muy personales =P
    Lo que he hecho con el coment (dando mi punto de vista) era una mera muestra de que era incapaz de ver más allá de las meras líneas; me he sumergido en el relato de tal manera que me he olvidado del resto. Si has conseguido eso, mi enhorabuena ;)
    Es pues un claro ejemplo del estado de ánimo/gustos/circunstancias/vida/loquenossalgadeloscojones XD de cada uno.

    A la espera de más letras en forma de palabras, de éstas en forma de frases y a su vez en forma de relato^^

    #21

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